Cuenta la leyenda que, en 1860, en EUA se hizo un concurso para sustituir el marfil de las bolas de billar. El científico John Hyatt participó en la competencia con su invento, el celuloide.
Este gran invento transformó rápidamente la industria mundial; se crearon nuevos tipos de plásticos dándole nuevos usos a este material maleable y económico. Abarcó la industria de la odontología, sustituyó el látex natural, dio nacimiento a la cinematografía y, finalmente, dominó al mundo entero.
La basura se ha extendido a todos los rincones del planeta.
Durante la Segunda Guerra Mundial el desarrollo de nuevos tipos de plásticos se aceleró junto con diversas aplicaciones haciendo que el plástico reemplazara al metal, al algodón e, incluso, a la madera.
En menos de 100 años se le dio un sin número de aplicaciones a los polímeros y dos científicos obtuvieron el Premio Novel de Química gracias a sus investigaciones sobre el material.
¿Pero qué es el plástico?
En la actualidad el plástico es la combinación de hidrocarburos con materiales sintéticos que aportan color, resistencia, textura entre otras características al material. Está combinación genera moléculas de cadenas largas que a altas temperaturas, se deslizan una sobre otra haciendo maleable y altamente duradero al material. En otras palabras, el plástico, que recibe su nombre por su gran “plasticidad”, es plástico gracias a las cadenas largas de los hidrocarburos, lo cual lo hace tan preciado y útil para el ser humano y tan contaminante y duradero para el medio ambiente.
El plástico como agente contaminante
Cuando entramos a un supermercado podemos ver que el 90% de las cosas que se venden tienen plástico, ya sea en su composición principal, como los artículos de cocina y juguetes, o en su empaque, como en la comida y productos de higiene personal.
El plástico es el principal envase de productos en el mundo.
En nuestras casas, trabajos y escuelas el plástico es nuestro mejor aliado. Lo utilizamos para transportar y guardar cosas, como herramientas y hasta se encuentra en la ropa. Entonces, ¿cómo podemos reducir nuestro consumo de plásticos para ayudar al medio ambiente?
La respuesta es muy fácil, reduzcamos nuestro consumo y seamos conscientes de nuestro impacto.
Antes de la década de los 60-70’s la vida diaria de las personas era menos consumista y mucho más amigable con el medio ambiente, así que si nuestros padres y abuelos vivieron plenamente sin el plástico, nosotros también podemos hacerlo.
Utilicemos bolsas de tela para transportar las cosas del supermercado, no usemos platos y cubiertos desechables, compremos productos de higiene personal sin envases plásticos, digamos no a la comida empaquetada en plásticos y sí a los alimentos locales, busquemos alternativas en nuestro día a día y exijámosle a las grandes compañías su responsabilidad social y ambiental.
Si empezamos con pequeños cambios no sólo le ofreceremos un mejor futuro a las generaciones venideras, tendremos una mejor salud y menos gastos económicos, es un ganar-ganar.
Si el día de hoy te comprometes a mejorar tu tipo de consumo, el día de mañana alguien verá cómo tu vida se ha facilitado y empezará a seguir tu ejemplo.
Existen muchas opciones para reducir la basura que generamos.
Referencias:
http://nation.com.mx/ecologia/que-es-el-plastico
http://www3.gobiernodecanarias.org/aciisi/cienciasmc/web/u8/contenido4.8_u8.html