Por M. en C. Gerardo Figueroa
En un pequeño pueblo, llamado Tacátzcuaro, en el estado de Michoacán, desde hace más de 4 generaciones, la familia Franco continúa con la tradición de realizar de forma artesanal y sustentable, reatas para lazar.
Hoy en día, se ha perdido el valor de una reata hecha a mano, pues los lazos plásticos han remplazado a los artesanos por su precio, mas no por la calidad. Los únicos que siguen realizando este hermoso trabajo son Francisco Franco y su sobrino, Gerardo García Franco; ellos, con mucho empeño y amor; cada día, antes del amanecer se dirigen al cerro donde buscan el maguey perfecto para extraer la materia prima, las fibras que darán vida a una reata. Las pencas de maguey, son cortadas desde la base, de tal forma, que no muera la planta, al contrario, le ayuda a reproducirse con pequeños retoños.
Las hojas del maguey son sometidas al proceso llamado «majar» el cual consiste en raspar la penca en una especie de metate, dónde después de unas horas, empezarán a salir las fibras del maguey.
Después de extraer la fibra, se deja reposar durante varios días para un secado perfecto y eliminar cualquier rastro de la salvia del maguey, la cual es sumamente irritante a la piel, por lo que sólo los valientes se atreven a majar.
Cuando la fibra está lista, es el momento para empezar a crear los primeros hilos; este proceso se realiza en el torno, dónde uno de ellos produce el giro mientras que el otro va entrelazando las fibras para que el movimiento del torno genere un hilo fuerte y resistente. Estos hilos, son humedecidos y apretados una vez por día, durante tres días. Este proceso se realiza para mejorar la resistencia y flexibilidad de cada hilo.
Para generar una cuerda, se necesitan cuatro hilos que son entrelazados entre sí. Cuando está lista la cuerda, al igual que a cada hilo, se humedece y se aprieta cada día, por al menos otros tres días más.
Es aquí cuando llegan al paso final, que es generar la reata, está se compone de 40 hilos en forma de cuerdas entrelazadas al rededor del corazón. Existen varias medidas de longitud, desde 14 hasta 33 brazadas, que son formadas de una pieza, lo cual hace bastante tardado el proceso. Pues el proceso tarda al menos 15 días.
Las reatas generadas en esta localidad, son muy famosas en el occidente del país, son uno de los productos principalmente utilizados en la charrería y para manipulación de animales de granja.
En Xabondi, nos preocupamos por la economía circular, por ello nos unimos a Francisco y Gerardo quienes luchan para conservar la tradición de un trabajo hecho a mano con sudor, sangre pero sobre todo, mucho orgullo.
Y como se trata de unir fuerzas, acudimos a Isabel de Meraki Soy, quien teje estos hilos para darle vida a estropajos para lavar platos, ya que la fibra del maguey es muy resistente y duradera sin que dañé tus platos, lo que te reemplaza a las esponjas plásticas.
Rescatemos nuestras tradiciones y valoremos el trabajo de todos los artesanos que hay en el país.
Nosotros estamos sumamente orgullosos de trabajar con la familia Franco, quienes tienen la esperanza de poder seguir con su noble oficio para que tú puedas tener una vida más sustentable.
Si quieres contactar a Francisco directamente puedes llamar al 3545581761.